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CORAZON DE ORO ·- é.-\. que le hago yo á usted un favor con dejarme cuidar? -Ha dicho el Evangelio, porque textual– mente reza : "Venid, benditos de mí Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me dísteis de beber; estuve enfer– mo y me visitasteis. » Co n que ya ve, herma– no, que quien se hace enfermero por Dios, se enriqu ece con las miserias de sus prójimos, y transforma la suciedad en agua de rosa s, las llagas en diamantes, y los harapos en vestidu – ras de gloria. -- ¡ Lo que es si le dejan á V. hablar! - No me agradezca nada, hermano, porqul! yo soy un desnaturalizado, egoísta ... Y tal vez no haría nada por el pr ójim o si no hubiera lei – do en la Escritura. que «al que e:. mise ricord io– so, le librará el Sec:fiorde la afliccion, le const:r· vará, vivificará, hará feliz en la tierra, y no lo entregará en manos de sus enemigos; y además, hermano, que será su enfermero en el lecho del dolor, y que d Seí'tormism o le mullirá la cama (textualmente) para que descanse dulcemmle en sus m/ ermedad t·s (1). -¡ Usted sí que tiene prójimo, D. Manuel l... - ¡ Lo que soy yo, es un hipocríton que na- (,) s~lmo. ~o. 4.