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146 EL PA!S DI-: LA GKAC:A que contenía un magnífico bas ton de caña de Indias con puño de ágata y oro, regalo de l en– fermo de la víspera, q 11eno era otro que el se– ñor A lca lde may or, el cual habia exper imenta· do tan notable mcjona aquella misma noche, qu e no se hartaba de bende cir al relicario y al generoso l\Ianolin. El baston valía más de cua – tro onzas de oro. No habia acabado de conlcmplarlo , cuando la criada penet ró dando gr itos con un jamon en la man o, y dos enormes morcillas, presente de la madre de Pacorro, que aunque pobre, era una lllondon gu era como Dios manda. Y como la víspe ra cabalmente habia hecho la mata nza, la buena J11uje;;rno se hartaba de repet ir á las vecinas que aquel dia de matanza, había nacido providencialmente, c.:nju ~ta compensacion, su Pan eco , por la ge nero s idad de Corazo n de Oro. U na señora rumbo sa y compasiva que desde su ventana habia presenciado el hcróico rasgo de i\ilanolin, mandó á poco una tarjeta de feli– citacion y medi a doce na de botellas de Jerez . Cuando Corazo n de Oro se vi ó so lo, y ma- 4uinalmente, fué :i acabar de esc ribir la deuda úe Di os ... se q uedó tnn estupefacto y corrido, de ver la generosidad de Su Divina :\Iajestad, que..:pa gaba lo,, plazos con creces, aun ántes de cumplid os , que se echó á llorar.