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144 EL PAÍS DE LA GRACIA jaulita que le costó treinta y cua tro cuartos, r que tuvo la fortuna de caer muy en g racia á la niña de la digna autoridad . El Corregidor, á instancia de la chica, regaló á Cora7.on de Oro un Agnus Dei, que formaba el centro de un re– licario de plata. - ¿Para qué lo quiero yo?-dijo al salir á la calle :\Ianolin. Pero viendo que pasaba el Santo Viático para un eníermo, lo acompañó, y ¿qué 011::jorocasion para probar el poder del relica· rio? Se lo dejé al enfe rmo, y ofrec ió además re– zar por su curacion. Casualmente al volverá casa advirt ió que , saltando unos rapaces sobre una acequia, acaba– ba de cac.:rs<:uno en medio de ella . Sin vacilar, Corazon de Uro se arrojó en su ayuda, y sacó al zagalon, berreando y empapado com o un perro de aguas. Llamábase el rapaz Pacorro, y sin duda con el susto del remojon no se acordó de dar las grac ias á su bienhechor. Corazon de Oro se durmió aquella noche pensando: si el Evangelista San :\Iateo no falla, el año que viene, tal dia como hoy, me debe Dios cien pesetas cabales. :\fañana lo apu ntar é para que no se olvide . .-=: ·~~ ~ --E. .