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LA Nl5:..\ PE:SJ'!'E)(TE I2l comer. Pe ro al dia siguiente, se sienta a la me– "ª• toma un poco de sopa, y pare usted de con– tar. Entónces yo, alarmada, le pregunté si es – taba mala, y como respondió que nó, ;;u padre con mal modo la dijo que comiera. Yo, por c\·i– tar cuestiones, figurándome que serian 11w,íns y contando darle luégo alguna friolera, la man– dé quita rse de en medio. Por la noche, la mis– ma canc10n ... - Tampoco qu iso comer. . Un poco de sopa, tambien, para no men– tir. Se fué á la cama, y al dia siguiente el mis– mo t ema. Entó nces ya, yo me puse séria y su padre se enfadó . -¡Por vida de la mocosa(¿Estás mala, si ó no) -¡No, señor, no estoy mala (dijo la criatura con un teson que á 1111 me dejó pasmada ). ;Pero el señor Cura dice que para que los malos se vue lvan buenos hay que rezar y hacer peniten. cia, y yo he ofrecido á la Virgen ayunar hasta que mi seño r padre deje de pegarle por !as no– ches á mi madre de mi alma ! -i i\Iaría Santísima! ¿Eso dijo? - Eso, como lo acaban ustedes de oir . Su padre, con la cara blanca como el mantel me miró á mí y bajó la cabeza . Luégo se le salta– ron dos lagrimones como dos avellanas, y se le– vantó sin decir una palabra. Yo, llorando si te-

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