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110 EL P.\ÍS í>E LA f;í< ACIA confc;;,ó me hi7.o un argume nto que no ten ia ré· ¡Jlica. ,i Casi sin r¡ucrcr e,; V. msi hom br e de bien, desde i1acc un aíio: hace \. p:.iblicamen te la vida de un cristiano fcn·oroso, ejemplar . Esa mujer me parece un instrumento providencial en la vid:1 de \'., y creo firmemente que sera tambi(;n su íe!icidad. La,; dificultades de aban– donar d mal y enmendar la viJa las tiene usted supe rada s. \' puesto 4uc sus fines son tan hon. raclos, respect o a JJios y a ella, como V. dice, nu queda má-; que perseverar, pues de lo;; que pcrsc.:,·c.:ran es la victoria aqt,1 y en el reino de los d<:los.,, ¡ 1 Ji~crcLo razo11.i.r! -Falt.aba que ella se persuadiese de mi sin– ceridad, y c<>n1>intíc:sc.:en retirar aquel ¡no.' fatí– dico, con q.ic .: rc.:~¡;ondia irrcvocal.Jlcmente á c11antuc; cniharios !':c.: atrevían a insinuarle el asuntt1. Crancles cung,>jas dc:\'0ré lodav1a, por– que en l.l 1111,rnia llli,,iun que á 1111 me hab ía con– \'-!rliuo, ella, ,;1.:gun supe.:, 1;;111pc7.Ó á sent ir aso– mos Je.: vocacion relig-io.sa . --¡Ya e,;campa! Por otra parl(;, c.:llano dc..:cia nunca nada que fuc:,.cok:11-;ivopara 1111, sino que no que ria casarse por c..:ntón..:cs, aunque.:confc..:saba,que de hacerlo alguna vez, o pensar en hacerlo, sólo cxigiria en su prom(;tido que fuc,:;c bu.::n cris-

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