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4 8 mesticc ,; dió jamás ncaSlon de di!.. . . , nunUl r el t emor y rl'! t)~{O un plIn- tO. L a ¡;;r,!\:.:: J.:J <.! !J i ~n [.a ~ iem pre bien en tia P rít~c:p,: j p :!'fO lo que es bueno en una ti..:¡rl , y F.lr ~! UIl<l ,:j·:r!.re. no es bueno en otra. Si un R e y d~ Francia tratase J ~l!S st1b¿i~os dt: ~sta m;/.n~rA t ,¡ s: e 5COlld¡~ rd qu ¡nce dias en S;,¡ n G ... rman, tendri<!!1 g~:m descollsudo. Los Rey:;- ! de la primera li– nea qu:riendo v ivir retirados 9 si n dexarse ver mas c¡ue una vez en . el oÍ1o, como :05 Asirios, fueron muy respetados de sus vasa llos; pero el amor era menos que el respe ro. Los Franceses qu ieren tener de· lante de 'lIS ojos á su Príncipe, no rnenoe en :a p J Z • que en la gue rrJ. y no le ru~de neg?r qlle las gran de– zas ra n l,,:- v3nr:Jd . s wb re las orr.!s, pi~r. d en rn udlo d ~ la yelll?racion que se l es debC'f qUii.ndo se (~ :niliJt"¡z~n de ~ ll1a:ó do. El

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