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274 "'Conversttciones se pllede inferir la maceria que los ocasion! , nt siendo otra sino las mismas que ocasionan los ter. remotos , de que tenemos hablado. D. Ter. Mucho melancoliza al oir tan funestos acae. cimientos ; y mucho mas si reflexionamos, que pue. den suceder semejantes en los lugares qnc vivilllos, y que el no expcriment:idos es una de las miseri– cordias de el Alcisi mo , vivkndo sobre las mis111as causas , que originan los Volcánes , y terremotos; y qL1e aunque vivímos disrantes de los mares , no estamos lexos de los ·peligros., que pueden causar fas aguas con sus inundaciones, como hemos ordíl reperid:1s veces de otros Pueblos. P. Fr. Bert. Es:is santas reflexiones· qlle Vm. acabl de hacer me motivan a leer a Vm. muchas , y exor– bitantes inundaciones del nur , y de los ríos que han acaecido con fünescos, y bmendbles estragos de las vidas·, y hacie:ndas; por lo qL1al, tenga V m. un poco de paciencia , y oirá las que al1ui tengo escritas. D. Ter. Desde lnego oire ltentamcnte qL1anto V. P. me' leyere , como lo he pr:1<..9:icado lusca aqui en en otras 111acerias. P. Fr. Bert. Anee todas cosas debemos suponer, que fas inundaciones de las aguas suelen ser señales de castiQ'os del Cic:lo ~ son ii1strnmentos Je la miscri- . ' cordi a de Dios , p:ua no castigarnos con mayor se- . vc:rid:id , si hacemos pcnitenci:i. '.Al m0do q?1e los Cometas , y otrns raros prodigios nos avis:rn del enojo de Dios contra los pcc:ido– res , y los sigue algL111l calamidad , si no sesigue .nucstr;1penitencia. Re-

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