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· . ~t>S Con'Oer J'4cionii Otros son Ani)Jersarios , que los Griegos llaman . Ethesias , que á cierto tiempo del año se susci– tan. Q9erer \xplicar 1a esencia del. ayre Jo ten, go por imposible , por mas que los Fisicos se ro¡;¡ 1• peo la cabeza. en investigar las parces de que cons– ta ; pues ni aun las cosas que mas frecuentemente tratamos las sabémos escicncificameme. Tocámos el ayre , le respirámos, y vivimos con el ; y es tan c;orco nuestro caudal , que ignoramos lo quecs . . Plldiendo decir : Nuda fugit ratio. la Naturaleza ha puesto varias cruces en sus obras para tormento , y suplicio de los que han presu– mido ._vencercon su ingenio sus maravillas. la das. ticidad del ayre es una no pequeóa ; el creciemc, y menguame del 1úar de que poco ha hablúmoses la 111ayor. La corrien'te del Nilo en tiempo que el Sol le abr1sa, es controversia , en qne t:rnto se :tfli– giero11los ~ntiguos , y a.un los modernos. El abor– to encendido de el Vcsubio , cruz foc, en que desdich:1dame11te perecio 1a curiosid~d de Plinio: en el Vcsubio pues vemos sus cfi:élos , sin llegar a penetrar sus causas. Otros muchos eftétos , tie– ne la naturaleza , y todos son cruces para el · in• genio limitado del hombre. D. Ter. Asi lo creo , Padre mio , que nnestro cntcn· dimiemo es muy limitado , y que por mucho que presuma el hombre , y se glorie de sJber algo de fa naturaleza , sera solamente Cortice temtS. M:rs ya qne confesarnos nuestro poco saber, nos conten~ taremos en saber algo de los efrélos del Vcsubio, que V. P. ha apuntado , . y <le otro algun Vol– ean. P.