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~60 ConverJttci~neJ ltecirose el mar , y aquí foe la m:iyor ruina de la Ciu. dad , llevandosc embudto en sus aguas quamo Sll fiuor podia. A.si p:tso el mar aquella noche, qL1andolos moradores de la Ciudad , unos desnudos , otros medio vestidos ) la pasaron en los cerros , buscandu todos Confesol· que los absolviese. Amanccio el día , y se vio lo que solo el 01do havia percibi<lo: era neccs:-trioparticular reflexion para co– nocer donde -escába la., casa de c·ad-. Lrno ; pues unas desechas , otras medio ·cegadas , y confundidas las calles con l:i.s minas qnc nadaron en d agua~ pare– cia la Ciudad un agregado de fragmentos. Solo cuvo de menos mal, el no havcr perecido la gen– te ; dos Religiosos .se echaron de menos. En fin qnedo b Ciudad solo con el nombre, pt1es tO· dos los Edificios , Iglcsüs , y la Cathcdr id se ar– rnillo, El A110 mil setecientos cincuenta y cinco , di·a , primert, de Noviembre cerca de bs diez dc.:ldia , s~ sintió en en esta Coree de M:iJ rid , y en coda· Espa11a un Tem, hior de tierra , que dmo unos siecc minutos. Ctu– so algunos daños en algunos Pucbl0s en sus Edificio~, y Templos. En C.tdiz lrnvo nuyorcs desg1:1cias , perec;endo mucha gente que quiso huir d.: la Ciudad , pues fas agua¡ del nur las sumergieroi.. Donde causb nu y ores cscr:tgos foc en Lisho1 , dcrro• tando la 11"1.1yo.· p:1rte de ·~quclla p0pulos1 Coree, y t011K'nt;l!ldose in-:cnJios , se aum~marc-n las dcsgra~ .En