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I22 eonvérJ~Ct01ieS decir ) p~ ro.no llego a comprender ) como, ó en qu~ forml se erran en el cL1erpohum1no tales sabandijas. ·P. Fr. Bert. D::bcmos suponer , que el cuerpo humano es un mundo pequc1í0, diciendo los Filosofos , qu~ éste Micocrosmo es cot:ilm:nce parcciJo al mundo rnayor, q:.ic solo se ·distingue en la q~1;¡nciJad, no en las qualidades , y variedad de sus conc::nidos; p~1es se persuaden., que yá en uno., yá en otro, se pJe~ den hallar en d hombre tc,Jas las especies de m..ilci, tud con proprieJad . Y la razon es, p:>rqL1e si en el mundo nuyor hay quacro ckmencos, con sus parci. culares qualidades; en el hombre se hallan qu:itro hu., mores , semejantes en las qualid:tdcs :l los elementos, Si en el mundo a influjos beneficosdel Sol, codo re. juvenece , vive , y se co·1scrv:1: no de otra suerce en el hombre codos los mien1bros, y parces del CL1crpo, viven, y se co11servan con los intlujos, y calor de el corazon. Lo otro, porque en el hombre, no menos que en el orbe, se hallan todas las impresiones M:ceorologicas ; por.. que si en el orbe hly nubes comp:..1estas de los vapo~ res, que el calor eleva de las humedades inferiores: Jo mismo se halla en el ho:nbre ; pues de las 11'..11ne~ dades del cscóm:1go , y partes inferiores , se elevan al celebro vip0rcs no pocos, q:.ic a fuer de nubes den. sas obscurecen. ~1c hay en el hombre rcmblorcs, co~ mo los pld ece la cierra , nos lo enscifa la experiencia. l·fay en el hombre Co:net:ts ; porque si el Cometa no es otra cosa, guc cxal;¡cioncs calientes, y secas, que elcvad:1sse enciend en, perseverando fixas, o andan• do al rcdc.:~lor: lo mismo sucede en el hombre, que ckvandosc del hig:1Jo exalaciones semejantes , y ert, ccn~