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- 1:, - nue--:rc,, pecado; pro\ ·,:,caro:1. y de la que tod o un Dios quiso por ;í mi;mo . <:ll d Calnrio. ser la dctima inocente . Recordada t,;.ta l"erdad iundamental. me en– cuentrv más lrn nquiic, ¡>ara im·itaros a mirar i rcn:e a i rcnt<: la situació n que se nos ha cr<:a<lo a te.do, . y para hablar os sin ambages de nuestros deberes y de 11ucs1ras esperanza~. E5tos <lcbcrcs los rc 0 umo en do, palabra$ : patriotismo y firm,·::a."' llasla aqu í el pró:vgo : y despu és larga – mente exp lica cómo él entiende esas dos pa– labras. ¡,(ltrio1is1110 y firmc::o. Si en su dei i– nicíón pre sci nde del ¡>roblema religi oso, \"éase lcycndv algunos párrafos al azar de los mu – chísimos en los que con cla ridad meridiana se expresa: ·· Rezad todos los d ías . h~rmano s míos. por esos z.50.000 h0mbres y po r los jefes que los conducen a la victoria; rezad por nuestr, 1s hcrm anvs de armas : rezad por los que ya han caído : rezad por los que siguen lucha ndo, rezad por los recluta" que se preparan para la, luchas cie mañana .•· ·· En el día de la victor ia final todvs part i– cipa remos del honor: justo es que todos par– t iciocmos hor de la pena . Seg ún rumores que he podid o recoge r, parece que de cie rt os lu– gares donde la població n ha padecido menos se levantan a veces contra Dios amargas pa– labras, que si c9tuv1er a11 fríam ente calcula – das s.crían cas i blasfemias .·· ·';Ah! Harto compr endo las rebeldías del instinto natu ral contra los males que se han abatid o cont ra la ca,:ó lica IJélg ica; el J?rito