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-8- Rancio, nos lo dicen, sin duda po1·quesu ~ignilicado e~ de todos conocido. En efecto, patente está el alcance do la pa labra. Co– mun idad es junta 6 agl'l!pación Lleperso– nas físicas 6 no físicas que YiYen unidas, bajo ciertas leyes. Entenclrmos que este es el sentido natural y propio de la Yoz. La palabra moral admite ú diferencia de la antel'ior varias acr¡)cioncs . rna de ella., es para ol Diccionario do la Academia Es– palíola •conjunto ele fat·.iltadcs del es¡Jirifu por contl'nposición ú íisko , esto es con– junto ele r.rnultacles del orclrn e::;pil 'itual.en conlrcipo!iición á las p1·opicdadcs del orden físico. Indudablemc?1tc que la conrnniclad woral de <1ue l1abla aquí }!ella, es contra– puesta á la comunidad {í.'iica, 6 étnica, de– rendida por otros trat:lclist11s. Y decimos, indudab lemente, porque ~on muy conoci– das las ideas que mantiene en e~te punto eso oradot·, pai ·a el que la clavo de 1,1s nacionalidades so cncut'ntrn en In unidad espiritual. De modo que comunidad moral cquirnlo ú comunidad €'1-piritual ó no física. E hhdúrica . Pn1·a la ex istencia de lapa– t ..ia se exige que la comunidad moral sea histórica, es docit· que la unión 6 agrupa-

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