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-49- verdadera no po1·que así nos plazca, sino porqu e r espo nd e ú la realitlad . Que patria se eefie re á la naci ón , es evid ente y que tan dulce nombre lo r eti r amos adecuada– mente á la na ción está en lt1 concie ncia de to<los. Para enco ntrar la nota co nst itutivn , personal de la patria, la q ue la clifet·enci,1 de la uacíón á que se atr ibuy e, debemos profundizar en el mi smo concepto, co n la luz de nuestra propia razón, prescindiendo de Jo·que los tratadistas hayan descnbiol'to con la suya, porque precisamente se nos ha dacio para eso , para u~arl a. Si lns pala– bras !JO son sig no s co nv encional es, si los nombres no son Yoces <1uo nada signilican, sin sub stanc ia , ni ,·ida , ú estos nomb1' es, y á su etimolo gía habr emos de acudir p,u-a dar con la nación primitiva y originaria en ellos encerrada . Y en esta no ción pl'im itiva y originaria desc ubrir emo s su icloa cardinal, po r q ue como ta l absorbe la atenció n do la inteli – gencia y por su sustancialidad la distingno. proc urando hac erl3 resnltar al cali fical'la, al denominarla . La voi patria viene dopa – ter y est a á dif er enci a de nación, derivada de nascor envaelve concepto de r ela ción é

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