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-40- ~abarra y por esto . la monarquía Yasca. el más poderoso de los Estados crist iano– pen insulares de los siglos X al XII no en– sanchó los límites fuera dol territorio Yas– co, ni so fundió con Ar agó n , apesar de convivir muchas veces con éí en régimen de unión personal, ni cambió do d inastía, sino por la fuerza de la s a rm as y en esp<'– cial por las in trigas del astuto r sposo de Isa bel llamada Católica. P ero si con el nombre de Espa1'la, que encerr aba eJ ideal político de los r econ– quistadores espaf1oles . se expresa ba el objetiYo tota l de la recoiu¡nista, 6 ::;ea la E spaüa Yisigoda, leva ntada po1· los pue– blos ger mano:; sobre el te rri torio de la an– tigua colo nia quo los roma nos llamaban 1 [ispania, dedúceso que ~olo podía aplicar– se á los pueblo de la Hispan ia romana. qu e con los ,rigoclos, const ituy ó la Espaf\a vis igoda. En la Hispa oia , no entraron los vascos, porque sog1ín atcstígua nuestra misma leng ua , apa r to ot ra s pruebas. no l'nel'on so met idos por Roma, ni formai·on parte de la España visigoda. po i' la misma razón , r eforzada poi· el hecho <lo que el mismo don Rodri go último r ey, es tab a

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