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- 3G- de f elip e II abraz aba á Cata luñ a y no la de los últimos arios de Felipe l\' . La Es– paiia de Felipe I\' compre ndía ú Gibrnltar y no la España ele nu est ros días . Lo que patent iza que en la significa ción de Espa– I1a, e ntra algo sup er ior á la indi cació n te– rritorial , qu e el concepto no es geográ – fico . Tampo co es étni ca,. Si la YOZ Esparia se hubi era referido á territorio ú lugat · po– blado po r una raza como Euzkadi 6 por determinada variedad prnducto de \'a rias r azas, con ella se hubi era signi ficado la Penín sula lb él'ica á excepción de esta parte de Euzkadi , con Fran cia á excepc ión de I ,aburdi, Zuberoa . Baja ~abana y Bre– tafla , y con Italia, porque estos pueblos son conocidos como latinos y cuando me– nos rnnvienen cu subs ist ir bajo baso la– tina. Pero co n la vo i E:;paüa. no se ha s ignillcado nun ca todo ese terl'itorio qu e en los mapa s et nográ ficos aparece uni – cromado . Lu ego esa voz no tiene alcance étni co . Por lo expuesto pu ede ya sup onerse que dicho nombre encierrfl en verdad un concepto meramente z¡otftico. Esto es lo