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-11- EI que estos pueblos no se confundan unos con otros es .exigen cia muy racional que está al alcance de tuel'tos y ciegos . Si se confundi eran unos con otro s ya ·no se– rían pueb los, sino pueblo, pueblo que no sabemos por qué regla de tres, no ha de bnstar para la forma()ión de la Patria y de una patria 6 nación - en el sentido de ~leila --mu cho má s perfe cta que la resul– tante de Yarios pueblos . Y a1'1ade que aqu ella com un idad tampoco exige que los pueblos «pierdan su auta r– quía. , Para dejarnos el monopolio en la conjunción del Yer bo pontifi car , debió el Ra,ncio explicarnos qu é ent iende Molla y qué él, cuando con Yoz hueca y cave rnosa nos suelta eso de autarquía, imaginando que al oído Yarnos ú caee en tie l'ra. Por– que la voz e presta á mu chas confu s ion es , ya c¡uo desdo se nticlo ¡)L'opío de gobie rno sober,1110, al do gobierno familiar, adm ite mil acepc iones . Acep taremos sin embargo la de derecho de una com unidad no sobe – r ana ú atender á sus fine s y ne cesidades pcculial'CS,en armonía con los fines y ne– c·c·idadcs do la comunidad nacional do que f onna pai-te.

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