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_16_ dome. (Sí, sus desplantes.) Cuando el'\. 1872 estalló la segunda guerra carlista Guipúzcoa, Bizca,\'a y Alaba disfrutaba~ según os he dicho de cierla autonomía económica y de exención de quintas. Pues bien , para casligal' el alzamiento de estos tres ex -Estados yascos en fa"ol' de Ca rl os VII, Cá nc- vas del Castillo ó mejor dicho el Pueblo espal10l (el P ueblo espaJiol 'liada tuvo que ver) por med io de Cánovas los sujetó 31 servicio militfl.l' fIJor culpa de los diputados á Cortes ?J jl1'oviluia– les liberales de las t ¡'CS prot:tncias que lo cO'¡¡úlltieron ) y los privó de su autonomía económica. Y tened por seguro, que el día en que los \'ascos no escarmentados se lovanten en al'lIlas pOI' toree ra vez COIltl'3 D. Alfonso 6 sm; sucesores, el r:ohienJo de Madrid 1m:. rlpspojm'á de los l'IlLimos 1:estos de la a llto:lOmín admin i":l rati va quejen la actualidad disfrutan por gracia del mismo.~ A la pregunta de [ber de que si < ¿ha.\· I(',da– vía v"sco que no abomine del carlismo."" COIl– testamos que, indudablemente, los hay mu– ch ísimos, pero 10 que abomi nan es al mal ~ decido liberalismo, que es la nntítesis de la Religión y del carlismo. 154 <¿Qué consecuencias sacáis de 10 di – cho? -pregunta I her, y él responde: – ,Que si en Euzkadi hay tolerancia de

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