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- i:i- libertades de Euzkadi, como en estos tiem– pos presenciamos en muchos de ellos? ¿Quién "luo el cnrlismo conserva intacia y con ma– '·01' pnrcr.fL la bandera de Jos Fuoros'? Que sería f:1ctible que I~aciel"a de un Rey católico un hijo liber al y enemigo de los Fueros, es cuestión qu e nadie lo pOllO en duda, aunque no 10 hubiese dicho iher . Pero también sabe– mos, que así como de un tronco pueden salir famas inútiles, tambióa pueden brota r her– Jll\lsns y de copiosos [1'11008. ¿, Ydesconoce l ber q1l(~ se hace con el tronco y las ramas que estorb an por estériles? Pues al tronco so le da n~ayor frondosidad cortando lo que lo es– teriliza. Así, puos, también del tronco de las tl'adicionos se extirpa 10 que resulta malo y dailoso . 14~ (Aquí afirma Iber y es una prueba de 4 11e sostenemos la pureza de los princi– pios.. .) Que <así nació D. JI/a1l .. lladr/J de D. Ca,.[os, y detestemos 101 carfi$tas por ti– bera[, . Pues mire, lber, cómo los carlistas antepo– nemos las doctrinas de la Iglesia á un Rey que claudica de ellas; pues de no arrepen– tirso, le miramos con aversión. 150 «¿.Qué favores deben los vascos (¡ Car– los VII y su familia?_ Pues el de haber puesto los medios que estuvieron á su alcance para recuperar los Fueros por medio de las flrmas, ya que no

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