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-11- taremos aquí una contmr ia :í su asevoraci6n muy contundente con relación :1 Carl os V!I. Este no solamente prometió respetar los Fuo– roS vascos, sino que de hecho juró en pro– sencia de la Hostia consagrada respetar, guardar y hacer guarda¡' los Fuel'os "Meas con sus libertades. buenos \1505 y costum– b.'cs, incluso el dialecto EU7.kalduna, el año 1875 en Yill nfranca do GUiplíZC03, los do esta pl'o\'incin y en Cucl'Ilica l o~ de Biz– cayo. ¿Qué tal? ¿Yeso no fué nada'? y sigue Iba: - ' aY por semejan tos hombres vertieron su sangre en g uerras Cl'lIontí– simas los infelices vascos'?) Sí , seilor; la derramaron generosamente con amor y espí ritu de s:lCriricio los heroicos cruz ados del sig lo XIX porque veírlll en ellos la representación nata de sus aspiraciones y los v¡toreab:m con ardor y éntusiasmo. 148 ~ Pero aunque Carlos V y Cnd os \"Ir hllbiesen sido Príncipes de excepcionales cualidades, gl':l1ldes católicos y fel'Y01'O– sos amadores de \e s Fueros, ¿habrían hecho bien los Y:lSOOS en lanzal'Sc ÍI la g uel'ra pal'u defender los derechos de aquellos pl'('ton (1icllj ('~? 1 Sí, sei' i.ol' ; hiciel'on bien de lanzarse á la ~Ile¡-ra en fa\'ol' do los derechos do los dos Príncipes hel'etleros do cien reyes ( pCI'O pros-

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