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i %() tica no ha sido sino la escJavituJ y el oprobio dd ffl,eo ~en<l imientohuma.no. Desde que tanto se intenta seguir a la razon, y se habla tanto de evidencia ó de demos• t~acion , se han llevado las cosas hasta delirar, es de– cir, hasta querer sacar de las fuerzas del rntrndimiento humano, lo que no son capaces de producir. ¿ Qué se nos manifieste la verdadera ciencia separándola d1: lo, á_tomos?Las atracciones , las qualidades ocultas asi an– tiguas como modernas, las hypotésis que se suceden siti cesar unas á otras ; apurese , afinese al crisol , y dé• senos d oro puro y sin mezcla. Es,a operacion aun no ae ha hecho , y puc:dccreerse que no se hará. Los hombres hablan ~tich~ de. la Vtrdad ; dkc:n que la aman , y que: solo aspiran a verla desnuda, y sin embargo la dan de color, la disfrazan , y la encubr,n con mas arte unos que otros ; a!,í sucede que el ar.Ec ocult~ á la naturaleza. Pues ahora , comparensc las costumbres de los hombres con tod~ cst_?, vease si hay mucha rdacion c:ncre chas, y esta d 1 ver~1da<l ele ,Jogm as de coda c:sp~cie que com– ponen la hhro1 ia de las d~ncias. Los. ~uios son pocos.y muchos los <µ1e usurpan este 11ombrc. En I.acedemoma y ~n T cbu <JUiz.a solo había lle siete á ocho personas que foesen sábias , aÍ paso que en Aténas todo el mundo discurria, ju~a~a , decidia; los ciudadanos de esta Ciu<lad , prc:ru,dian formar un Areopago tan respetal;>le en este puuro,..corno lo era d de sus M:1gistradosen d de la ju_~ida. Rema no fue des– pues mucho tiempo la duica Ciudad en que las musas tuvieron tonplos. '/ altares. CompJrense hoy en dia el Portugal , la Volouia , y la IIl isma Rusia , c.on l a Fran– cia , la Inglaterra y la Prusia , t quántos hay en los m:s pri1mros Reynos eu comparad011 de los que abundan en los slgundos? Me am:vo á sentar este hecho , que ese corto 1,Úmerode gentes que tienen alguna suptrioridad !.ohe el vu'go 110 ir.fluyen en cosa alguna en el, y que d ~:culo c&re,hoJe luzque han forn,ado á su rededor esr~ ..