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. 'º' hacer dd univfrso, mediante fa reproduccion y renova• cion de los sércS, un teacro siempre ocupado, un esp,c- taculo siempre nuevo. . • Para. que los séns se sucedan es_ ne_cesano:, pues, que . se de~1:ruyanentre sí : para que los aatmales se n~1tran y subsht2n es furzoso que destruyan vegetales, u otros auimah:s;. y coma ~ntes y ~tspues de_la. descmccio11 subsiste siempre la misma cantidad de vida, parece que dtberia ser in.lifrrente para la Naturaleza e~ que esta ó aquella especit' dc:srruyese ma~ ~ m~os. S!n embargo, al u,odo que uiia madre econoimca en el .m~smo seno de. la abundancia, la Naturaleza ha puesto l1111Jces al gasto, y prc:ca vido el desperdicio aparente , no daudo sino á Pocas especies de animales el instinto de .tlimel\tarsede carne, y redu~it:nd<l .i. un número 'bastante corto de in– dividuos aquellas tspccies voraces y carniceras, al p1so qué ha muldplicado con mucha abundancia las especies é individuos de los que se alimcnra11 de plantas,. y c¡u: en lo! vegetales . ~arce~ .h~ nmlc-ip!_icado ~o~ J argueza excesiva 1~ esptc1es .~ y US3do ·dil t,rofustoíl cOó caJa tma en el numero y la fecuudidad • . Quiz~ el hom{1reha . ~ontribuido á favorecer los, d·esignios de la Naturaleza. 'I á mantener , y aun establecer et'\ la tierra esre órden, ..pues la indiferencia que suponiamos vuelve á encon· trarse en el .mar, donde rodas la.s especies son igualmen• te vor.ices , manteniéndose de ellas mismas, ó de otras. y devorándose perpetua y reciprocamente sin destruirse ri1111ca, porque alli la fecundidad es igual á la deprcda.– cion, y cad todo et nmrimiento y todo el consumo rc-– du1:J :1n en hrneficio de la' reproduccion. El hombre, c¡ne como dueño ,abe mlr de su domi– nio sobre los animales, ha d~gido aquellos, cu-yacarne liso, ,gea ,;u paladar, tos ha hecho ·esclavos domésticos, Jos ha multiplicado mas c¡ne hubiera hecho la Nacura!e- 1:a , ha forrn2Jo de ellos rebaños numerosos, y en vir– tud del cuidado que tiene de hacerlos nacer , parece ha