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- Qó - á otra hija menor llamada D.ª Leon or. Tambié n encargó á D. Carlos que no tomara el título de rey ha s ta la muerte de su padre y sí solo el de lugartc11i en. t e . E ntr eta nto D . Juan, comprom etido con disgust o de los navarros en las gue– rra s de It a lia en favo r de D. Alfonso V rey de las Dos Sic ilias, contrajo segun– das nupc ias con una dama llamad a doña Juana Enríquez, hija del almirant e de Cas till a, de genio iras c ible y e nvidi osa cont ra D. Ca rl os y sus hermanas. D. Juan tampoco dió part e de su ma– trimonio á sus hijos, manif estándole s des– de ento nces des afecto y ha st a od io. Esto dió ocas ión á las interminabl es luch as ent r e agramont es es y bea umont eses, es– to es partidarios de l r ey ó del príncipe. V encido el príncipe D . Carlos y no per– miti éndole su cruel pa dr e r es idir en .\a– varra, huyó á Barcelona y poco ti empo des pués á un monasterio de It alia, e ng ol– fado en el est udio de la literatura á la que era muy aficionado. E n fin, en 1-l61 murió de e nfermedad tan extraña qu e algunos historiador-e ~ supon en que fué envenenado. D. Carlo s al morir dejó por he r edera á su hermana D. ª Blanc a, esposa del rey de Castill a y pr esa entonces en el casti – llo de Olite. Dos ar.os desp ués falleció e nve.nenada por su cruel hermana do11a L eonor de Foix.