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--ll)- su libtrtad y queriendo ,·encle::r cara· sus vidas se re[ugiaban con armas en casi toda la r<=gión que atra \'il!sa la cur,lille – ra pirenúica de:'-Je C atalu i'la hasta Ca li– cia. como baluarte de independencia y JibertaJ. Sin embargo no todos los espa– ñoles huyeron. \luchos ag ·uantaron su suute y \'i\·ieron en paz (:0 11 los árabes en los mismos pueblos que dominaban y Sl: les llamó 1111t:.drrrbcs. Tr es ó cuat ro añr,s tar-lar,,n los árabes en llegar á la cordillera pirc:nüica ~- aunque escarme n– t ados con grnndl'S pérdidas llegaron nu e– \'ament<: v hasta atrn ,·l'saron c.:l Pirineo na \'arro ¡:,ara talar y destruir las Calias, que a~í Sl' nombraba c:.tonces á Francia. T odos sabe mos que D . PeJayo se- coro – nó de .e:lor ia en la batalla de (O\·adonga en f\ ...,turias (719 ) y desde aquel punto y aquel día partió la r eco nqui sta crist inna . 1 nflamaclos por el mismo sentimiento k,s hnbitante:s ele la nntigua Cantabria, vardulos y \·asconc:;, qu isieron imitará los co mpañ eros a~Lur es y se e:nt8bla cfec – tivnment<.: una lucha ref'1ida que soln te r– minará l!n la toma de C rnnada el t.+9'.?. :'\o eran aquellos ncingos tiempos los más aprop<ísito para. consignar fechas memorabl es. :'\o se habín inv entad o aun el papel . . -\demá s que muy pocos cono – cían la escriturn. Lo que á no:;otro.-5 nos parece natural man eja r una p lum a ó un l ápiz era entonce:-- una rara habilidad y