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--13- ment e y á sus exhortaciones acuden los paganos , entre ellos e l mismo senador r omano que gobernaba la ciudad. Fer– mín. hijo de éste fué con \·crtido _v educa – do después por Sa n Ho nesto. discípulo · de San Sa turnin o :,· pr imer Obispo de Parnpl o1rn. Cu an tos frutos consiguiera el pia doso Ferrnín de sus predicaciones lo dice muy cla ram ente el hecho ele qu e ha– biendo co n, ·ertid ') ,í mucha ge nt e , y anhe– lando mayo r teat ro parn sus pr eclicncio– nes, dejó á Navarra y pasó .i com· e rtir ü los ge ntil es de Amien$ y otros pueblos ele F r anc ia, lo cual pruebn que la 01ayo1· pane de los lrn.bitantes e.le la Vasconia e ran nl cri sti a nos . . '-\l lí- como unos años antes.s u maes t ro - ha lló la palma del mar– tiri o . Durante la épo ca de l imperio ro man o á partir de Domic inno, so n per seg uido s los cri st iano s en todas las r eg ione!:i, y en Calah o rra se llan con su snng r e la s ver – dad es del evang·el io, los jóv e nes E mete– rio y Ce ledo nio, hij os del proconsul Mar– celo. Ll ega mos ya á la ¿poca de los godos . E nclavad o es te paí s en la part e me ridi o– na l tuvier on que e xperimentar sus natu– ra les las co nsec uencias de la ve nida de los bá r baros. l\ o es extraño . Indepen– dientes e n el país que les vió nace r, á la sombra de sus antiguas costumbres, cris– ti a nos de corazó n , valientes y esforzados,