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ei1 d S~P,!O ;{['[[f. 99 na, milbs de la ciuJJd, y S.w G:r ,5ním ) n 1 >:; di– ce que ,iendo mazo las visit:iba to .ids los D 1>m;n. gos con vtros de su ed:1J . Pruden~io d~scr:t."iCnJo el de Ciria ca en el campo Verano aíirm,1, que la multitud de Christianus que ivan y ,·,) lvi:rn i'1,rm:1- ban una procesion continuad~ desJ-: la m:1i11 1u lus – ta la noche ( 1 ) . E l nuevo reglamento so Gr~ los se– pulcros no los aleja de modo que los apart e d-: ia vista freqiiente de los Christi:inos ., pu .:s ¡.>~r.n:tc l\)S Cementerios inmediatos á las Iglt"si:is P.irrn qui:d~s siempre que hubiese junto á ellas sitios ventilados, y separados de los ed ificios. Es prec;so huir di! propósito su pre se ncia para no verl1}s muclus ve– ces , renovando los sentimientos de religion , hu– mildad , y desengaño , de qu~ son estÍ1nulo y r ecuerdo. Como no se opone á Ja religan scpulc.1r en los templos, sino á la decencia de estos, y á la salud de los que los freqüentan; es sin dud 1qllc los Snpc– riores Jegírimos pudran Juc r.r en el nuevo plan las excepcion es que juzgaren convenientes , arregladas a! espíritu de Ja Iglesia , y á lo dispuesto por los sagrados Concilios. Pero en el caso , se h:111 de tener pre sentes dos condicion es prei::is:is. La primera que los sepulcros de l1>S e'.\~ntos se:i.n tan profunJos y bien cerrados, que no se pucd:i. ten1'er su h edor y malas influencia..;. L:1 S;'.!(:;t1rd .1 que se tomen las pro– viden cias posibles p:ir:t que en lo sucesivo no se con– ceJari nu~vos tÍt -Ji1,s, y derechos de s~p 1 Jltarse en la Igl esia, d..; mJJo q11e ¡"Hida int~rcsar en esto, poco 11i N 2 mu- (1) S. Hia on. in Ez l!,b. enp. • ~o.PrnJent. in Hyn1. S .H.Yt ' ·:r.