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en el .;·lg!o XFEll, 9f que desean ser sepultado ::, ó procuran sepultar á otros en algun lt:1gar santo ; porque si p...::-tcnece, di– ce~ á la •religi0n sepuha r· bs muertos, no ruede me– nos de peneneccr á la nt~sma el que esto sea en iJfl lugar digno ('I ). Es~e dese0 religioso y pio , que· da llenamente sali sfech0 sepultándose en los Cc– menlerios ~ que .no solo s011lugar bendí-to y sagra~ do como el ·templo, pero m:is propio, com0 -2?pu– tado por la Iglesia con esp ~cia-les bendi ci0nes ¡xu a este fin, seg un d€xam0s dicl10 y pro bad o. Es yerdad que viniendo al templ o no ve;nos los sepulcros de nuestros parientes y amigos, c1,qa pre– sencia nos excita la idea de encomenJarlos á Di0s, y reiterar por sus almas las oraciones y sufragios, que es la única utilidad que , seg1Jn San Agustin y San Gregario Magno, se sigu,e á las almas jl:lstas de que los- cacláveTes se sepulten en los templos.. i Pero es posible q1:1e la piedad de los Christianos necesite de este auxilio para acordarse de los finados, y enco– ·mendarlos á Di os ~ Los primeros fieles eran mas fervorosos y freqüentes que nosotros en orar p0t los difuntos , y carecían de este recuerdo en los ternpios. Avivemos la fé del Purgat orio , contem– plemos las acerbas penas que pad ece n en él las almas justas' que toda via no han satisfecho adequa– damente á la Divina Justicia, y lejos de necesitar de sem~jantes recuerd o., no podremos apartar es– ta imágen de la memoria , ni cesaremos de a yu– darlas á expiar sus culpas con oracion(2s, limo.mas, N y (1) Qu oniam si nonnnlln rcligio est, ut sepeliantur ; non potest nulla esse, quanclo ubi .~Ppeliantur attenditur. S. Augws. de C11rapro rnortuis. cnp. 4.

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