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J.,asta J11ts dd siglo rI. 53 Jiesen en el s:.1.nunrio, c ,) i11t> si fuer:t (t:-ilo de los enemigos d~ Dios; á lo:; qu-1L::s,J;cc S:111 Agus – tin en el citado libro, n:hi.t Jpro\· ccha sepul- 1 d I 'I • ~ d tar sc en ug.:1.r slgra o, as1 com•) ,1 H.>S J U5(,)S n:i · 1 pcrju di c,1 el qne sean sepultados en Ly;~r profa– no, ó que no lo sean en parte algun:1, ni el ql1c sus car11es se:10 cümidas de los perros, y estos abr.t· saJ0s , y arro j1d,1s sus cenizas al rio , como lee– rnos lnberse pr:ici.tcado con .1lgunos l'vléirtires;.por~ que el Señor que ha cria do h.>scuerpos _de la ·na– da sabe el modo de reunirlos y resucita rlos, sin que perezc a ni un solo cabdlo de sus cabezas. Cre– ció rápidamente el abuso , aun,1ue no se propagó en todas partes á un mismo ti·~m;:,o·, ni con iguaks progresos, sino mas , ó meno s segun el zelo de los Obispos por h disciplina antigu:~ , y tamb ien el modo de opinar de cada ur.o. De aquí proviene la variedad que se ,,.. hierre en 13 bi stmi:i , pues quan d1> en un~t Ig lesia se permitía ,i lus fieles entcr~ rarse en ella C'as i indi stintam ente , en otta s nu se co n– cedia á n::i.die, y qu~tndu m.1.sen los átrios y pór-~ ticos, y esto no á todo s. El pri\·ilcgio concedido á los Soberanos , á los Obisp os , y á las pc>r.son1s de eminente santidad , se C)!~cnd ió ~í los de media– na virtud, á los Sa ,~crdot es , á los fundadores de las Iglesias, y bienhcch n¡·cs de ellas. E! ·4 1 s-, D • . '1 ., 'C n .t v1~,:1 u c an .1.\.~m1g io que 1 dt'<.:cio a ;111cs del siglo V. ~e hac e mcnci on de un :i 1gk:s ·:t pequ e-· ib rod c:,.J :t de :~ .. ;·ie,s; y p6 rtí cos , Cj\1(: ~·¡·rv ian d e Cementerio al l'ue l:,lo d~ R--m, ; ,;_.,, tf :1 ( J-:c[ lesio– la) c1iqtt~ circumj (!C•:':tti!rns oirút ~:¡,· fWti r¡uo aat Gi.:-