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5 pru\·rdencias di YarÍ\13 QS:s;10:: , CSt .i J.t <'OS'.l en el mismo est:tJo que :1nt-2s cnn p0ca d1fcr~11cia: por ll> tanto me he d.:r;:rmin::do ci publicada c\m .el título de , J\"ue'v.1 iJJstanci.1 á fiw.?r dt los .Cementerios cont,·a las preocupacionc·s ,f-·! ·;.•11/:_~o, en que discurri en,fo ror bs ép,)c~1s mas 1:~)t•. ~,:~ ~ ! e demostrará, que cnt.:rr:.H los muc;·cos fo~-r,l d.: 10., t cmj)los y de la~ poblaciones, es cü.1f0r ,11: :i b pie..; dad chri stian::t, y necesario á la s:dud ptíbiic a. T ambien me han determin~do á esto los su• cesos nue\·amcnte ucurridt>s en b ciud:id de Hucs · ca, e.le que he sido testigo ocular, y son los siguie n– tes. En el mes de Enero del presente aii,> hiciero n J\,1ision en dicha ciudad los Pa dres de b. C'ongrc – gaci on de San Vicente á Paulo de la Cnsa de Bar– ,bastro. La Iglesia en que se hizo es la de San Lo– r,enzo, donde son fr cgücntcs los entii::rros , y au n– que es muy capaz, eslá honda , 1ním('.d:l, rod eada. de casas, y poco ventilada. Durante b l\1ision acon– teci eron muchos desmayos : día hubo en que J1ega– ron á veinte, y mucho s de el1os al prin cipio y á mitad del Sermon, qulndo no podían atribuirse a l terror concebido de oir exemplos espantosos, y algu– nos en horas distintas, como se vio en M:rnu cb Ouo, donc ella de I 8. aiíos, la que entró en el templo lue– go que se abrieron las puertas por b maiíana, y á po– co rato cayó muérta de repente. Algunos d1.. los Jc– liquios fueron tan cxccuti\·os, que ~mas de dar muerte repent ina á la mencionada donc ella, fue pre– ciso administrar á otros la Sant:i. Uncíon en la mis~ ma Igles ia y en las casas n'cinas, y en \'ario s fue– ron principio de fiebres ardientes y malig nas. He con-