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4:J Lf)(JC;z III. Prácti c,i dt .'os Ch,·i.::!::í!JS ca estaban juntos y pegldos á elbs, segun lo n 0 .. tamo5 en las p:.i.llbra~ de O pt:. i.to ,\Ii!e\·it:1no, que fl 1 Jreció en el mism,>país, y en el 1,1ismosig!o. Lu– dovico lviuratori opina , que la ley de Teodosio solo prohi bía los sepulcros de:1tro de las ciu:iades; y que de allí provino co:1:Struir I11s tem;:,!os fuera de ellas , d.. rnde po.iian se;:m!tars~ !os Cbristi:rnos sin violar las leyes imperial es ( 1). L,> mi·mo p.tre– ce sentir Onofre Panv inio , qu ien dice que las Igle. sias extrammos se distinguian J~ bs urban:.is, en que aqu ellas era n sepulcro de los Christilnos , lo que en esta s no era permiti do ( 2 ) . A fin'::s del siglo IV. y principios del V. se di~– put6 con ardimi ento la uti liJ:.id que podia seguirs~ á las alm..is de que los cuerpos se sepultasen ju nto á los Sant us lVLirti res. S:i.n A •nbros io, s~rn Gregorio N i– seno , y el Na zian ceno fuerun de sentir que les era útil como lo pru eb:rn sus hechos , y no menos sus palabras en los luga res citados. San Máidmo Obis. po de Turin se explicó él favor de esca creencia del mo.lo m:1seftc.1z. Pur eso, dice, pro viJ enciaron nues– t ro.; m:1 yM(!S l ue nu: ::tr<'s cuerpos se sepulten jun– to á las Rch r, ía$ d ~ l1Js :-;.t,Hos, p:1ra que el infier~ no por d tcm•>rque les ticn~ no se llegue á noso– tros , y pl ra ·que ilumin~ndolos Christo, huyan de nosotros bs su:nbr as. Desc ..w~anJu pues con los San- tos ( 1) 1\Iurat0r . Dissert. I 7. Anacdot . lntin. (2) Cu: 111etcri .1 1vm solum 8,.cl < 1:; Cni;.;o?, et B hÍlíca~ , s d ,dicp1i l :i·n )!i,.l, , c.¡n:im E ;,·!e i; IJr'.J.111.t·, scpulch r,1 sci- 1il'.Ct C:1ri.tia wru n, c¡111:Í!Hr t 11:.., :1 Íl.!ri n•;n p, t~r:111r. Onuph. l'.rn. in. D.: rit ,t sp.:!i,•¡¡Jj aptd ',h't'1'. Chri~t. ,t eumm . Ca:m.·t. np1HI JIJ.H'<Jt, i!Ji,I.