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tH los trt~ primerl)s siglos. 19 Christo ni de los Apóstoles sus maestros precepto alguno , acerca del lugar y rito con que se 111n de enterrJr los fieies ; por eso adoptó desde luego, como observa n los ·escritores de las anti güedade s ecles:iásiicas ., las ·costumb res de fas naciones y reyno 'S en que se propagaba ·en todo lo que no era superstici on , ni contenia ~rror opuesto á las verda– des de nuestra fé. Aun quiere el P. S. Agustin, que fuese esta la voluntad de l Sefior, pues exponien– do aquella s pa labras de l Evang elio : Accepenmt er– go corpus :fesi, , et liga·venmt illr,d linttf s rum ar-omati bus, sicut ,nos est :frulreis sep:1iirt ; dice así: Me parece que no advirrió en vano el Evan– gelista , que Chris~o fue sepult ado de la forma que acostumbraban los Ju dios sepultar sus muer tos: qui – so adve rtirnos, sino me engaño, que acerca de esto debian observarse las costumbres de c:.hÜ na<'ion. ]\ 'OJJ mibi •l'idetur Eva11f{elist,w> frustt ·a dil':'r~ voluisst , sicut mos est Judteis Jtpr1I ir~: it."s qulp– pe nisi fallor admo,wit , in hujusmodi offlciis, qrM! tJtortuis exiben tur morem c11juscumque gt:11t1s t!sse servandum . ( r) Del mismo modo explica el \r. Be– da fas palabras del Evangelista (2). Conforme á esta indubitable doéhina; b Iglesia, propag .1da antes que en otra parte en Judea, Galilea. y Samari_a, y go~er~~ada por l~s ~µóstoles, adoptó en su m1ffno nac1m1t.:nto I.:i practica de enterrar los muertos en el campo, invariablemcme observada en el pueblo Hebreo. EL sepulcro de la Santísima Vic4 C2 (1) S. Aug. tract. 12e. inJoa,z. 'º"'· 9. . (2) Beda in Joan. to. gen,