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.¡ masa de prejuicios, levantar el espíri tu del país, 3\ 1 ivar el senti– miento nacional, fomenta r y r~bu~tecer_la_s _característ icas raciales, batallar con el degradante cac1qu1snw, 1n1ciar 1111 vasto y profundo renacimiento socia l y politico entre los vascos, ofrecerá todos los <?Ompatriotas ele: buena voluntad un ilim itado campo de actividad una noble y prupisima cm1saque defender, u11 ideal para la vida: 1~ vida y salvacio n de la Patria. Con la ayuda de D ios Nuestro Se1ior- para Quien todas b,s naciones viven - con la ayuda de Dios y el esfuerzo de los buenos patrio tas, el Partido naciona lista vasco ha hecho todo eso v lo sigue haciendo cada día, cada hora y cada minut o; porque h;tbien– clo puesto sus aspiraciones mucho más all éi ele lo que la v ista ele nin gu11hombre puede alcanzar, el Partido nacio nalista vasco jamás se cree facul tado para abandonar ni por un momento eledescanso la fin11c y du ra labor que t iene emprendida, ni para descuidar ni desatender 11110 solo ele los aspectos que presenta la vida social y polít ica de la nación vasca. Porque í111amus J nuestro pueblo, :í esta inmemoria l nacio nalid ad que es seguramente la más antigua y mejor caracterizada de tocia Eur opa, anterior y con mucho á la fundación ele los 111~ santi guos de los act uales Estados, los nacio– nalist as vas<.:<)S nos indinamos sobre la faz de nuestra Patri a que– riendo percibir sus signos de v icia, los latid os méis débiles de su corazón, con la misma soli cita ansiedad con que el buen hijo, el hij o amante y piadoso, quiere percibir esos signos y esos latidos en su anciana maclre ¡\ la que crue l enfermedad postró en el lecho del dolo r. El part ido c,1r:ista, ahora j aimista, que durante ochenta añosha tenido en sus manos los destinos del Pais vasco (sin jamás haber pensado !-iquiern en ninguna labor restaurad ora de est a naciona– lidad) , que durante los mismos ochenta a1iosse ha creído, sin nin– gun f11nda111entP, representante legit imo y ún ico de las aspiraciones vascas y q1;eann ahor[1pretende ser el exclusiv o r estaurador de la tradi ción e111.kadia11a,110 pudo dejar pasar en silencio la apari– ció11de las ideas nacional istas que Arana-Goiri tar ::-:abinpredica– ba en Bizlrnya y que comenzaban á propag:1rse rápidamente por tocias l as regiones vasras de la Península . Alzó, pues, la voz el partid o c.:arl isfa, por medio de sus úrg;111os oficiosos más autoriza– dos, reivindicando para si el derrdw y el h011l,r de rt present,ir integra y exdusiv:1mente la causa ele! lradic io1wlis1110 pvliticu \' aS · co, la causa del verdadero y auténtico «fueri smo• , en una palabra, que decía el carli smo haber siempre profesado y defendido. Pero salió A rana-Go iri -tar Sabi11 á rebati r la pr etensión car– li sta, y las lllt'.1nor,1bles pi1gi1wsele! foll eto arriba citado di cen harto elocuente111e 1te cómo supo el Nacio11alismo vasco en este primer enc11e11tro desbaratar completamente las tesis del adversar io y re· c11perarpara el vasquis mo absoluto é integrnl posiciont'.S que no ha de perder ya 11u11ca.

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